sin lengua, raza ni casta
se estrellan dos olas
contra la costa.
Las recibe la arena
sin suspirar
que ya suspiran suficiente
dos gaviotas, el viento y la mar.
No acostumbra esta playa
sus historias narrar
y que en la noche el calor
se las quiera apropiar.
¿Qué se escucha?
Es viento y de un ave el canto.
Es viento y de un ave el canto.
¿Qué se siente?
Es marea y su eterno roce.
Es marea y su eterno roce.
Dos olas regresan ahora
hacia alta mar...
Ya volverán a borrar las huellas
de las dos gaviotas que se van.
Ya volverán a borrar las huellas
de las dos gaviotas que se van.
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