6 de noviembre de 2011

El placer de ver llorar

La sangre no es más roja
Que tu agonía palpitante.
Déjame tocarte
Como tocas tu guitarra rota.

Tu piel, cual corteza de árbol,
Se destruye al toque de mis dedos.
Déjame acariciarte
Como un veneno acaricia la garganta.

El amor no es más negro
Que la pupila de sus reos.
Déjame besarte
Que mi cuchillo sienta el temblor de tus labios.

Déjame tenerte.
Déjame romperte.
Niño caprichoso,
déjame romperte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario