15 de febrero de 2012

Ausencia presente

Te vi venir y de pronto
se transformó la noche
en puñado de estrellas,
en alegría sin Luna.

Paseamos por jardines vedados
tú siempre ahí, a mi lado.
y nos pareció insólito lo ordinario
como a un niño lo ignorado.

Te vi marchar, de pronto
y se fijó el instante
como en la tierra una semilla
congelada y añorante.

En la fría brisa dejaste
continuación de mil historias
y el aroma de una rosa
que aun sin flor aún no muere.

Pero olvidaste dejarme
tus manos y tus labios.
Y la noche y la brisa
evocaron tu partida.

Mientras la Luna hacía presencia
y yo abrazaba tus ausencias
esperaba que tu lluvia
despertara mi semilla.

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