13 de agosto de 2011

Distancia

Ojos ajenos, óbices profanos.
Te alejan de mi soledad
Y te acercan a mis sueños.
Es a mi parecer más lejana tu boca
Que el más distante quásar
Y, aún así, tan cercana que mis mejillas toca.
Para encender con fuego el mundo
Basta que se toquen nuestras manos
Aunque sea por un segundo.
Para extinguir las llamas
Basta el gélido silencio,
Pero aún arden mis entrañas.
¿Serán ellos los obstáculos,
o será mi propio miedo?
¿Serán ambos?

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