se esconde la rosa dentro del
capullo.
Emerge la espina con giros mortales
hasta silenciarle a la vida el
murmullo.
Congela cruelmente la naturaleza
mis lágrimas finas que quieren
regarte.
Será tal vez culpa de esta tristeza
que calla el grito del amor y el
arte.
Percibo de pronto el aroma de rosa,
el dulce maná que está en mi sangre
roja.
Naufraga así la final despedida,
palpita tu alma de vuelta a la vida.
Labraste en madera una bella figura,
mas nunca fui yo parte de tu
escultura.
El amor sólo es noble si es
finalidad.
Usado como medio es amor animal.
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